Se mueven las palabras
ni dichas ni escritas, intuidas.
Discurren sobre mí y yo, buceo
bajo la capa iridiscente del mar
la luz atraviesa desde arriba y el mundo
es algo muy lejano
ahora sí, exterior, ajeno,
como quien siente
la brisa en la espalda
lo que se escabulle
el olor a café, a pan…
Eso era
eso era
exactamente lo que quería decir.
Sí, en realidad,
muy en el fondo, está tan claro
una corriente subterránea llena de verdad
una sima de certezas late.
Sí, la advierto,
pero en su lugar el balbuceo
un estupor que me avergüenza
no explicarse
qué hacer con el sentido real de las cosas
cómo defenderse de las afirmaciones
las primeras personas que se lanzan
flechas afiladas
un aire frío que hace encogerse
menguar
enmudecer.
Late la frase que zanja el tema
muy abajo, inadvertida.
y no brota.