Yo quería dedicarte esta canción
erguida sobre la tarima del bar,
sentir tu mirada sobre mí,
entregarte la emoción
de las canciones compartidas,
revividas y al final,
que pensaras
que soy la única, especial.
La asociación directa de ideas
desafina, ebria,
y vence a la esperanza
pues pensaba
que te enamorarías,
fulminantemente,
pero no me miras más que de reojo;
comisuras fijas de vergüenza ajena,
y además, todos hablan,
estúpidas conversaciones
sobre mi voz cabizbaja.
Qué injusto,
pues elegí
esa canción que te gusta tanto
de los Pixies
que no es mi preferida
y aún así,
tu también hablas sobre ella.
Tendría yo que haber decidido
mi canción,
ahora me doy cuenta,
con las últimas notas,
como siempre ocurre,
que mi melodía
sólo me importa a mí.