Cerrar los ojos y ser una,
para dejar que el presente entre por la ventana
como una sábana tendida al viento.
Ser, en un ahora cualquiera, como aquél
en Almería, Agosto,
buceo entre un banco de peces plateados,
el agua que me acoge y me rodea,
el agua que abro y cierro,
abro y cierro ,
para ser una con el mar,
ser una con el cielo de la ciudad,
las ramas de los plátanos,
las hojas verdes casi agostadas.
Cerrar las palabras, clausurarlas,
y en su tremendo espacio vacío,
cemento y luz,
hojas cemento luz,
sobre mi cabeza
la ciudad que se desplaza,
el silencio que espera
bajo el petardeo de la motocicleta,
el griterío de los niños en el parque,
el silencio ahí, sólo hay que buscarlo,
agazapado entre las sábanas tendidas
en la azotea,
en julio a las ocho de la tarde.
Ser una,
ser ahora
o no ser , ¡qué maravilla!
no ser.